Miras
hacia atrás, intentado recomponer una vida que no llegas a entender. Hubo
momentos difíciles, muy duros, en ocasiones realmente tristes, bañados en lágrimas
y te das cuenta que nada ha sido casualidad. Quizá todo eso es lo que te ha
puesto en este lugar. Has escondido la sonrisa tantos años que ahora no sabes
cómo sacarla a relucir. Te crees una persona "normal", pero en ti no
queda nada de eso. Te planteas si todo aquello fue un papel que te tocó
representar. Si ese mundo que creaste y crearon era tan sólo el preámbulo de
una vida llena de emociones. Sí, eso es, emociones, sentimientos, feelings. Experiencias repletas de una
realidad inmensamente más gratificante que las que hasta ahora has
experimentado.
Esa mueca poco a poco se va quedando perpetua y sin querer te
vas iluminando. Ríes, ¡brillas! Pero al final logras entenderlo porque cada
minuto que vives te das cuenta que lo más importante es ser feliz, sonreír y
apreciar que sólo tenemos esta vida para hacer lo que se nos ofrece. Y vivo, lo
hago con tantas ganas que los años parecen segundos.
No somos conscientes pero
la felicidad es el acelerador más potente de nuestros días. Cuanto más lo
presionas, más rápido vives.
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