Y cuando menos te lo esperas, sonríes.
Sonríes tanto y desde tan dentro que te hace pensar que nadie te ha hecho reír
así. Sonríes, ríes y te rompes, pero a carcajadas.
Y descubres que la vida es eso, agujetas en
el estómago y mandíbulas desencajadas de los golpes de risa.
Crear momentos en los que la tormenta pase a
un plano en el cual las gotas resbalen haciendo cosquillas.
Me encantó! Muy lindo.
ResponderEliminarTe invito a pasar por mi blog
www.losrecovecosdondemeimagino.blogspot.com.ar
Muchas gracias, me pasaré.
EliminarUn saludo.