domingo, 26 de julio de 2015

Ausencia.


 
Día 1 sin ti:
Te echo tanto de menos que en mi reloj aún es ayer.

Día 13 sin ti:
No salgo de la cama. Todavía estás conmigo, aunque sea en pesadillas.

Día 28 sin ti:
No llamas, y las canciones, mi cama, la pena, mi pecho, tus fotos, mis trozos, nuestros restos,… todo comunica.

Día 31 sin ti:
Me abandonaste a las nueve en punto. Mi reloj lleva 31 días marcando las nueve y cinco.

Día 50 sin ti:
Tu ausencia sigue aplastando mis entrañas. Por mi alma parece que han pasado 90 años.

Día 58 sin ti:
Hoy solo he llorado leyendo a Diego Ojeda. Voy mejorando.

Día 72 sin ti:
Mi madre me ha besado las ojeras y me he decidido por fin a salir del ataúd dejando al lado de la almohada una nota de resurrección.

Día 87 sin ti:
He ido a dar un paseo por la playa, ha llovido como si le hubieran roto el corazón al cielo y he comprendido que uno es de donde llora, pero siempre querrá ir a donde ríe.

Día 91 sin ti:
No te olvido, pero hoy he vuelto a reír de nuevo. Es muy atento. Te ayudaré con esto, dijo. Puedes con esto, dice. Y he sentido un anhelo reconfortante al abrir la ventana, como si el aire barriera los fantasmas de mi suelo.

Día 100 sin ti:
He dejado de huir porque me he dado cuenta de que soy la única que me sigue. Tu recuerdo tampoco. Se ha quedado atrás. Creo que me acerco a la meta.

Día 129 sin ti:
Me he olvidado de que te estaba olvidando y por primera vez te he olvidado.

Día 149 sin ti:
Has muerto de mis días, aunque tu recuerdo siempre permanecerá vivo. Me siento feliz. Me siento fuerte. Me siento viva. Otra vez.

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